Diversidad en la UE

Publicado el 17 de Enero de 2011

La legislación de la Unión Europea que prohíbe la discriminación por motivos de origen étnica o racial,de edad, discapacidad, orientación sexual, religión o creencias en el lugar de trabajo o por el origen racial o étnico en todos los ámbitos de la vida diaria brinda protección a todos los integrantes de la sociedad

 

Europa es hogar para una amplia variedad de personas. La diversidad acerca riqueza a nuestras culturas, economías y sociedades.

Algunas personas pueden ser víctimas de discriminación por una combinación de varios motivos, lo que se conoce como discriminación múltiple. Por ejemplo, una mujer mayor con discapacidad, nueva y de una minoría racial o étnica, o gay y católica es más probable que se enfrente a un caso de discriminación por más de un motivo.

A pesar de la existencia de una legislación europea, una encuesta Eurobarómetro, Discrimination in the European Union: Perceptions, Experiences and Attitudes publicada a principios de 2008 muestra que muchos europeos opinan que la discriminación está aún muy extendida, siendo el porcentaje más alto por motivos de origen racial o étnica (62 %), seguido por orientación sexual (51 %), discapacidad (45 %), edad (42 %) y religión (42 %).

Garantizar que todos los integrantes de la sociedad disfrutar de igualdad de oportunidades no es tan sólo un requisito legal o un argumento moral, sino una necesidad para una sociedad próspera y cohesiva del siglo XXI.

A mano de obra de Europa está cambiando

Hoy día existen cuatro trabajadores por cada persona jubilada, pero en el año 2050 este número se reducirá a la mitad. Esto significa que en el futuro no habrá suficiente población capaz de producir para mantener a la generación de personas jubiladas y cubrir este «hueco».

Además de estos cambios demográficos, la globalización trajo consigo numerosos retos como, por ejemplo, un aumento de la competencia, nuevas tecnologías y nuevos métodos de trabajo.

Una mano de obra constituida por personas de todas las edades, personas con discapacidad, personas de distintos grupos étnicos o raciales, de distinta religión o creencia y con orientaciones sexuales diferentes, refleja la sociedad en que ahora vivimos. Esta diversidad puede enriquecer las empresas gracias a la aportación de diferentes habilidades, experiencias, ideas y perspectivas.

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